La DURA REALIDAD de EMPRENDER o ser FREELANCER
Hola mis queridos emprendedores y marketeros. Hoy les quiero hablar de una realidad de la cual no me sentía listo para hablar. ¿Por qué no deberías renunciar a tu trabajo para emprender?
Hoy he decidido hacerlo porque en verdad creo que esto puede llegar a la persona que lo necesita en este momento.
Si estás pensando en renunciar a tu trabajo para ya por fin dedicarte a algo que realmente te apasiona…
Piénsalo dos veces porque podrías estar cometiendo el peor error de tu vida.
Y es que hace ya más de un año que yo tomé la decisión de deslindarme de mi vida como Godínez (Para quien no sepa así nos llamamos entre nosotros mismos a todos los que somos oficinistas) y te quiero ahorrar mucho tiempo, trabajo y errores al explicarte varias conclusiones a las que he llegado y que espero que te ayuden a tomar una decisión correcta ante esta gran y difícil pregunta que es:
¿Debería ya de renunciar a mi trabajo para seguir mi sueño y montar mi propio negocio o emprendimiento?
Analizaremos los 5 puntos clave que deberías considerar antes de tomar esta gran decisión. ¡Sigue leyendo!
1. Las razones de no renunciar aún
Muy probablemente durante la pandemia que nos tocó vivir en el 2020 tuviste la oportunidad de trabajar desde casa y te diste cuenta que para realizar tu trabajo no era 100% necesario estar todo el tiempo en una oficina. Y que muy probablemente eso sembró la semillita para que tú al día de hoy te estés cuestionando ¿Debería renunciar a mi trabajo para emprender?
Sin embargo, no es el único factor que podría estarte empujando a presentar tu renuncia en Recursos Humanos.
Por ejemplo, cuando yo estaba en esta misma situación, tome en cuenta 2 cosas, la primera, la relación jefe – empleado y la segunda ¿qué quería lograr?.
Yo siempre lo he dicho, si yo renuncio a un trabajo no es por el trabajo en sí, si no por el jefe o jefa. Y es que el ambiente empresarial está lleno de los famosos jefes que son jefes y no líderes.
Y yo en serio me pregunto, si las empresas invirtieran aunque sea un poquito en capacitación sobre liderazgo no estaríamos tan mal.
Mi última experiencia laboral fue con una persona que era sumamente caprichosa con el síndrome de «ser perfeccionista» y que por desgracia, siempre se fijaba en detalles irrelevantes frente a problemas muy graves dentro de la empresa. Y que sin duda alguna me llevaba a preguntarme:
¿Qué clase de «El Diablo viste a la moda» estoy viviendo?
Pero es que tenemos esa tendencia a «romantizar» que debemos ser perfeccionistas y súper detallistas, cuando realmente lo que debemos hacer es tener los pies sobre la tierra y los ojos mirando en 360º para reconocer nuestro entorno y darle prioridad a lo que es realmente importante.
Lo que me lleva a hacerte la siguiente reflexión.
¿Cuál es tu objetivo en este momento?
Honestamente yo me sentía acorralado entre el ambiente laboral y la nula proyección a futuro sobre mi crecimiento laboral. ¡Quería escapar! Aunado a mi deseo de tener nuevas oportunidades en mi carrera profesional decidí yo mismo darme la oportunidad y dar un paso escalera arriba para dejar atrás ese trabajo que me estaba frenando y por fin darle respuesta a la pregunta ¿Debería renunciar a mi trabajo para emprender?
2. Tener un plan para emprender
Ahora que ya definiste cuál es tu objetivo. ¿Ya tienes un plan de acción trazado? ¿O estás pensando en renunciar a tu trabajo y emprender dejando que fluya?
En su momento, yo en verdad creía que iba a hacer una larga carrera dentro de alguna empresa, ya que siempre había sentido que tenía potencial para ello. Sin embargo, un día sin pensarlo ni pedirlo me llegó un amigo a decirme, oye me comentaron que tu haces esto y aquello (refiriéndose a temas de marketing y específicamente en ese momento a diseño web) y yo así de: ah sí claro, ¿qué necesitas?
Fue la primera vez que consideré empezar a trabajar extra y por mi cuenta. Hasta antes de ese momento siempre había trabajado para empresas o bien, en proyectos independientes los cuales no me buscaban a mí directamente. Sin embargo esa situación me abrió los ojos y me hizo reflexionar sobre si trabajar para alguien más era la única forma de sobresalir en la vida. Y esto te lo cuento porque estoy seguro que estás bajo una situación muy similar. Quizás consideras que la única vía es ser subordinado y que renunciar para emprender no es la mejor idea, pero quizá realmente tienes mucho talento en lo que sea que te dediques y tienes esa cosquillita de empezar a hacerlo oficialmente. O quizás tienes algún otro talento y realmente piensas que serías buenísimo y que la gente estaría dispuesta a pagarte por ello. Y ojo aquí, porque en este punto es donde viene el primer gran error que podrías cometer.
Todo lo que planees hacer primero, valídalo con una pequeña muestra de personas. ¿A qué voy con esto?
Si tú no tienes ni la más mínima o remota idea de que lo que planeas vender realmente le gusta a la gente o mejor aún, si realmente es algo que la gente quiere o necesita, es muy probable que te des de topes en la cabeza cuando todo tu stock en el que invertiste muchísimo dinero se te quede sin vender porque antes no validaste si ese producto tenía una buena oportunidad de mercado.
Pasa algo similar con los servicios. Siempre valida el hueco que hay en el mercado para el servicio que quieras ofrecer.
¿Realmente la gente está dispuesta a intercambiar su dinero por algo que tú sabes hacer? ¿Qué te diferencía de las otras chorrocientas personas que también hacen lo mismo que tú?
Éstas son preguntas que deberías responder y anotar en tu plan antes de tomar esa gran decisión de renunciar. Y una vez contestado eso ya puedes definir tu plan de acción.re
3. La ejecución no inicia una vez que renuncias, inicia mientras todavía estás en tu trabajo
Y es que es difícil decirlo pero no deberías renunciar aún si no has emprendido todavía. Y estoy seguro de que muchos jefes te van a decir, ¡Qué aprovechado! Se puso a hacer su negocio y desatendió lo que tenía que hacer aquí.
Y lamento decirles que aunque los juzguen, esta es la mejor vía para lograrlo. A menos que ya tengas ahorrada una muy buena cantidad de dinero, e incluso puede que ni eso te salve de que si tu idea no funcionó después te des de topes por haber perdido tu empleo.
Por eso mejor echa a andar tu negocio mientras todavía estás ahí, así podrás evaluar si tu negocio tiene futuro o si es mejor quedarte a la segura en tu trabajo mientras se te ocurre la idea del millón.
Y si te lo preguntas, sí, así fue como le hice yo, mientras todavía tenía mi trabajo me fui consiguiendo más y más clientes lo cual me dio esa oportunidad de poderme salir de ese trabajo.
Y por el cual estoy muy agradecido con todos esos clientes que me brindaron su confianza. Por eso deberías hacerlo tú también.
4. La realidad de emprender o ser freelancer
Si te estás preguntando que va a pasar una vez que decidas renunciar para emprender y que ya des las gracias en tu trabajo y pises por última vez ese lugar donde pasaste de todo y te enfrentes tu contra el mundo.
Aguas porque la realidad de renunciar a tu trabajo para emprender podría ser muy distinta a como pensabas.
Lo que te puedo decir es que es muy fácil perder el foco. ¿Y es que cómo no? Vas a dejar de recibir un ingreso que tenías asegurado cada semana o cada 15 días, frente a pagos que primero Dios ojalá caigan. Y es que eso es así. La realidad es que cuando dejas de tener ese ingreso seguro es cuando realmente puedes apreciar cuánto gastas en cosas. La renta, luz, agua, gas, internet, no se van a hacer esperar. En cuanto menos te des cuenta ya habrá pasado el primer mes y las cuentas ya habrán llegado, dejándote en la banca rota si es que te saltaste el punto anterior.
Y eso no es todo. Digo, en mi caso que yo no tengo hijos, porque ya saben que los millenials tenemos perrijos. Pero, si este no es tu caso y tienes una familia que sustentar entonces no te puedes dar el lujo de saltarte el paso anterior.
Dos puntos importantes. En un principio ten en cuenta que al menos en México dejarás de tener acceso a salud pública, por lo que si te enfermas tendrás que considerar esos gastos médicos extra que puedan surgir. Al menos en este país tenemos opciones muy accesibles de atención médica. Sin embargo si tienes algún padecimiento crónico considera la opción de pagar el IMSS por tu cuenta.
Por último, trabajar por tu cuenta puede ser un poco tedioso, en el sentido de que al ser tu propio jefe no te vas a exigir lo mismo en un inicio. Además de que al no tener horarios, podrías dedicarle más tiempo a cosas que antes no, como por ejemplo tu familia, tus hijos o a ti mismo. Te podría pasar que si te vas de home office, tengas muchas distracciones como las series de Netflix, hacer la comida, sacar a pasear tus perros o cualquier otra cosa que podría restarte horas de trabajo y por lo mismom una baja productividad frente a tus clientes. O por el contrario si eres como yo, te vas a exigir de más. Es la fecha en la que no me puedo dar una hora de salida. Y es que Dios, parece ser que trabajar por tu cuenta es sinónimo de trabajar mucho más de lo que trabajabas antes.
Aunque mi consejo es que encuentres equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. Ya que la delgada línea entre estos dos pilares de tu vida se difumina mucho más cuando tú estás a cargo.
5. ¡Solo házlo! Emprende tu negocio ya
Como el eslogan de Nike. ¡Ya renuncia a tu trabajo para emprender!
Habemos personas que nada más estamos piense y piense si deberíamos hacer las cosas o no. Pero este mundo lo gobiernan los que decidieron correr el riesgo y eso es algo que me queda clarísimo. Lo dijo Mark Zuckerber, El mayor riesgo es no tomar ningún riesgo.
Y es que es así, quizás te pase por la cabeza, ay bueno si ahora todo mundo ya es emprendedor y bla blá después quien va a querer trabajar en las empresas. Mentira, todo eso que te dices a ti mismo en tu cabeza se llaman excusas.
Mira, déjame decírtelo y de verdad estoy hablando desde lo más sincero de mi ser. No es fácil.
Nada que valga la pena es fácil, pero creo que siempre puedes aprovechar las oportunidades que te da la vida. Hacer esto me permitió reconectar conmigo mismo, establecer mis prioridades, hacer algo nuevo y diferente a lo que venía haciendo, darme cuenta de mi potencial. Pasar más tiempo con mis seres queridos, amigos y familia, priorizar mi salud mental y física. Y como todo, sé que hay muchos aspectos en los que todavía puedo mejorar, pero supe reconocer la oportunidad y la tomé.
Y como siempre dice mi mamá:
Sé el arquitecto de tu propio destino.
Fragmento del poema homónimo.